ra el viaje. A pesar de que los Osorio son dueños de un imperio inmobiliario, nunca me diero
mesas. El trabajo es duro y la paga es mala, pero es dinero honesto. Es mío. El dolor
e abre y entra Leonardo. Mi corazón se detiene por un segundo. Me ve,
ué estás ha
de mil dólares, rodeado por el ol
espondo, sin de
rca, baja
esto. Yo te puedo d
dolo a los ojos. "Necesito mi vida d
se contrae
cumpleaños. Lo siento.
hocolate. Odio el chocolate. Mi favorito es el de tres leches. C
trasado", dice, con
tel. Siento
ero no como
sa se de
Lo ol
solo tiene espacio en su
vacías. Él se sienta frente
mente. "Tenemos que
era compatible. No lo dudé ni un segundo. Le di mi riñón sin pedir nada a cambio. Estaba enamorada. Pensé que
o fue un
qué hablar, Le
por supuesto. Su voz en el otro
venir! ¡No puedo má
e levanta
s ninguna tontería
con dese
alista... intentó
ría, dejándome sola con un pastel de chocolate que no
d. No siento nada. Absolutamente nada. La parte de mí que ama