equeña y tranquila para ellos en un suburbio lejos de las deslumbrantes
ecuerdos de su extremidad faltante. Por su parte, Ivy era
ella, en una vocecita, mientras me agarra
ad, pues sabía que eso terminar
ntrando difícil articular esas palabras. "Es mejo
su silla de ruedas; su rostro estaba enveje
rodillándome a su lado. "Esto
itlin Russo, sonriendo seductoramente, mientras se recargaba en un nuevo Ferrari rojo cereza. La mat
mo una puñalada a mi corazón: "Gracias por el nuevo aut
mante estaba regodeándose, restregándome
olorida foto de nosotros en la que salíamos sonriendo. Él había ahorrado durante meses parte del salario de su trabajo de medio tiem
nía. Este terminó desparramando su contenido médico en el barato p
onía era aplastante. Recordé la primera vez que Hayden llevó a esa tipeja a una de las galas de su fu
cho, con los ojos llenos de admiración. "Tie
ué la fundación le daba más pres
nario. Es una inversión estratégic
us habilidades quirúrgicas, sino a la lealtad en su cama. No invertía para formar a una
todo había sido mentira. Nuestra vida juntos se r
lores caras y traición. Revisé metódicamente los armarios y saqué los vestidos de alta costura, las bolsas
o. Y quiero que presentes h
Con un hombre como Hayden Bridges... el asunto podría ponerse feo. Por cier
ociar", respondí, en
caras sonrientes; luego lo cerré con un chasquido. Acto seguido, agarré un plumón negro y firmé con
o", agregué, dejando el relicario sobre los pape
me dijo el ama de llaves, con una mir
ues ya no creía e
stazo a la resplandeciente torre de vidrio y acero que perforaba el cie
me informó: "Está hecho, Charlotte. Ya
n",
o estará
pentía de esa decisión. Lo único que lamentaba era no haberm