ces en tu nuevo empleo". La voz al otro extremo del teléfono llegó en un tono relajado, profundo y fam
ental que podría salvarlo requería un depósito de cincuenta mil dólares, dinero que obviamente no tenía; ya había agotado todos sus ahorros, y a
revuelo. Brett irrumpió por la puerta, llevando en sus brazos a Daniell
tros vacío y la cuestionó en voz baja: "¡¿Qué haces aquí?! No malinterpretes las cosas. Todo esto es parte del plan. Tengo que h
ue los billetes cayeran al suelo. Él siempre fue muy bueno para mentir y fingir; nunca se
esto; lo sabía con una certeza que se sintió tanto a
ítu
res años, Elaine. Solo basta tu confirmaci
miliar. Era Evan Mcknight, el mentor al que conoció mientras estudiaba su po
y loco por mantener un puesto de socio mayoritario par
ntra la fría y estéril pared de
maré", respondió
e tornó pesado, roto únicamente por el distante piti
para que Kelsey, su hermano menor, f
cincuenta mil dólares, dinero que ella no tenía; había agotado sus ahorr
r de su parte de las ganancias porque él le prohibió acceder a las cuentas bancarias; primero dijo que era
o que todos pensaban que llevaba una vida perfecta en Nueva York ju
itudes de un préstamo y amigos con los que no había hablado en años nunca respondier
n Patek Philippe, el cual Brett le regaló en su quinto aniversario. Dque simbolizaba su red de seguridad, pero ahora, se había conve
a una broma cruel; era dinero suficiente para unas pocas semanas más de tratamientos inútile
ara ir a la casa de empeño más cercana y hacer lo
que provenía desde el final del pasillo; un hombre
heló; era Brett, y con
leo pulido del suelo; la responsable fue una enfermera, quien golpeó su mano y pro
quien lloraba dramáticamente por su tobillo torcido. La acunaba como si estu
ió el tobillo", murmuró una mujer sentada cerca de su espo
rocurando en todo momento mantener oculta su cara; no podía
pués de acomodar a Daniella con la ayuda
a tomó del brazo, llevándola a un almacén de suministros va
con Daniella?",
"No malinterpretes las cosas. Ya te dije que todo esto es parte
la mano de su novia; eran en total quinientos dólares. "¡Vete de aqu
palma; su novio pensó que estaba aquí p
onde se encontraba su hermano, quien iba a morir por culpa de
mano abierta, dejando que los qui
fusión cruzaba por su rostro; estaba acostumbrado a la obediencia y com
no manipulador que empleaba cuando quería algo. "Solo un poco más. Estoy a punto
o juntos, todo se sentía como la
ón acabara de ser extirpada. Ahora, toda su esperanza estaba depositada en Kelsey, internado e
el hombre al que amaba y a su familia, a qui
que le quedaba
dad; el Brett al que amaba ya se
nfermera la que se asomó para preguntar: "Disculpen, ¿
sión; rápidamente se volvió hacia Elain
a vez sonó suave y encantadora cuando respondió: "S
tir y fingir, y lo que acababa d
pasillo, un grito agudo y exige
y le ordenó: "Ve a casa. Te llamaré má
eptara su historia, que se comportara como la
solo lo miró con
entro ni el dolor que la abrumaba, viéndol
lmacén, con sus pasos resonando
enaba sus pulmones; se agachó lentamente, pero no para recoger el dinero, s
n a todo esto; lo sabía con una certeza que
de ir a