so de veinte años, Javier Ga
stra de la casa hogar, la mujer que fue la sombra q
liento, le entregó todo nuestro imperio tecnológi
lado dentro de un coche averiado mientras Javier corría
na guerra contra ella, una
dolescente. Estaba de vuelta en la casa hogar, justo el día en qu
ico con unos familiares y atormentad
desconcert
ostro pálido. "Lo siento tanto. T
ó. La última vez que prometió salvarme,
ítu
, Javier Garza, me dio
, su hermanastra, la mujer que había atormentado
"lo siento. No pude protegerte. Te dej
ía metido una bala en la cabeza, y sus últimos pensamientos fueron para otra mujer. Todo, nuestro im
os de Brenda. Ella fue la razón por la que nuestro hijo murió, abandonado a congelarse en un coche averiado en una car
na guerra contra ella, una
a un peso físico que me aplastaba los pulmones. Luego, un dolo
des eran de un deprimente color beige, desconchadas en las esquinas. Mi corazón martilleaba contra mis costillas. Conocía este
travesó l
e! ¡Los Garza y
nerada familia Garza vino a elegir a un niño para acoge
iliar cabello oscuro y ojos atormentados, me mirab
ostro pálido. "Lo siento tanto. T
apó. La última vez que prometió salvarme,
o de salida. Los había investigado durante semanas, aprendiendo sobre sus intereses, sus personalidades, lo que buscaban en un niño. Habí
habrí
astrando a una niña llorona y paté
a sus padres, su voz llena de esa lástima equivocada y nobl
to justo, escondiéndose detrás de
. Dice que no me
er mi protector, le creyó al instante.
pudiste ser
más de miseria en el sistema mientras Brenda era recibida
ntentaba ganar su afecto. Era una mujer de 40 años en el cuerpo de
er de rostro amable y oj
va. Tu expediente dice que
, dijo la directora de la
junto a su madre, s
eo que deberíam
necesidad desesperada de redim
él, yo que
ó la boca para aceptar, un fuert
en otra chica. Su tobillo estaba envuelto en un vendaje sucio y lá
eñora Garza corrió a su la
grupo de chicos más grandes en la esquina. "Me empujaron. Dijero
mera vida, yo había usado mi ingenio para sobrevivir. Brenda
r el conflicto en sus ojos. Un destello de duda. Sabía que Brenda era capaz de esto. Per
su culpa luchando
la decisión equivocada de
. "Ella tiene razón. Los chicos de aquí son muy r
er, mi expresión ll
la. Ella realmente necesit
la señora Garz
ijo, acariciando e
rtado. No podía entender por qué le es
rotesta confusa form
empo, mi voz perfectament
te a B
alabras haciendo eco de las mías, impulsad
ión esta