ndo al suelo. Se agarró la mano, que estaba perfec
n a Jazmín en el suelo, llorando, y a Catalina d
Catalina se
surró, negando
en su defensa, con la voz
talina no lo hizo a pr
ón más condena
endo a acunar a Jazmín-. ¡Primero un choque,
rnardo Luna era
la señora Luna. Intent
ando los de Damián. Esta era su última esperan
su lado, se arrodilló y levantó s
avemente a Jazmín, y la sacó de l
de su mundo. La última brasa de esperanza dentro
en su estómago por la sopa. Se limpió la herida ella misma, el dolor físico un eco lejan
se. Era Jazmín, envuelta en el ca
días -dijo Jazmín, con voz pequeña y tímid
a, protegiéndola como si C
ida para llevar -dijo, evitando los ojos de C
iente de sopa
lo miró,
gica a lo
cipiente. La sopa estaba llena de frijo
ándose la mano a la boca-. Creo que me co
mando ya las necesidades de Catalina-. A ell
mentirosos perfectamente compenetrados.
ntró en el dormitori
Damián finalmente entró,
e lado tus sentimientos. Mañana te disculparás con ella y la cuidarás ha
ordo y pesado. Su esposo estaba trayendo a otra mujer a su ca
s. Estaba harta. No pasaría lo último
nemos,
o se ens
é di
Solo tuvimos la ceremonia. Somos sol
a? -exigió él, su voz elev
sobre su compromi
uestros padres! ¡No significaba
iera se les permite llamarte por tu nombre. Pero Jazmín puede sentarse en tu escritorio, tocarte, y dejas tu p
remeció. Reco
s ojos vacíos de tod
os, Damián. Yo no c
uave y lastimero vino de la puerta. Jazmín est
a? -lloró-. Lo siento mucho.
ó, sus sollozos resonand
llaves de su coche y, sin una segund
rándose de golpe fue el sonido de su