img El divorcio que nunca supe que tenía  /  Capítulo 1 | 4.76%
Instalar App
Historia
El divorcio que nunca supe que tenía

El divorcio que nunca supe que tenía

Autor: Gavin
img img img

Capítulo 1

Palabras:1416    |    Actualizado en: 13/08/2025

os, su acosador, Damián Bravo, me destrozó la mano con un martillo, acabando con mi carrera de ar

a la Secretaría de Movilidad. El

ndican que se divorció hace

día que m

con quién se casó Catalina

r con la mano izquierda- eran todo una mentira? Encontré su casa secreta, una mansión de c

tal y escuché las pala

pelo-. Era la única forma de asegurarme de que nunca me dejaría. H

Había ordenado mi destrucción para convertirme

na. «Feliz aniversario, mi amor. No pu

anos. No tiene ni idea de que acabo de ver a

che, comienz

ítu

izar la dirección de mi licencia de conducir. Una tarea sencilla, a

con ojos cansados, tecl

azar

soy

o a mí. Un pequeño ceño

to que confirm

la

l aquí aparece

El bullicio de la oficina se d

Eso es un error

a no levan

divorcio se finalizó el 12

zó a martillarm

¿De quién... de

talla con v

ina de

esposa. Fue como un p

si se volv

pleada teclearon u

Se casó con un tal

án B

la mirada a mi mano derecha, la que solía sostener un lápiz y

n un estacionamiento. Dijo que Catalina nunca me amaría, que yo solo era una distracción temporal. Lu

ometido hacérselo pagar. Me había abrazado, diciéndome que me cu

ombre que me hizo eso? ¿Cóm

de comer, me vistió. Cuando caí en una profunda depresión, incapaz de trabajar, construyó un estudio de última

n mi bolsillo. Un

o esperar a celebrar contigo esta no

bras nadaban ante mis ojos. Todo su cuid

dad de México. Para el mundo, era fría y despiadada. Para mí, era la persona más cálida del mu

e guardaba e

la SEMOVI en mi mano se sentían como un certificado de d

una propiedad aislada en las Lomas, no muy lejos de nuestra

hueco. La casa era una moderna caja de cristal, como

luces estaban encendidas. Me deslicé hacia los ventanales que i

adentro. Un quejido. Sonaba como

ces l

Era Damián. Él lloraba, pero ella sostenía una fusta, del tipo q

tigando. Quizás esta er

illa. No estaba enojada. Su expresión era de cariño, de intimida

su voz se filtraba a través del

con los ojos lle

que te extraño tant

rara, una que yo le había comprado a Catalina para nuestro primer anive

sobre su eje. Mi mano derecha, la muerta, palpit

abras que destrozaron lo

acariciando el pelo de Damián-. Está tan ro

a y depredadora que nun

forma de asegurarme de que nunca me dejaría por a

só de

recompensa. M

n se iluminó con u

stás enojada po

truoso-. Claro que no. Lo amo, y por eso tengo que conserv

ndo. No mi aniv

atorada en la garganta. Corrí, sin saber a dónde iba, solo nece

de nuevo. Otro me

riño? Te estoy es

orquestado mi ruina. No solo me había traicionado. Me había destruido, pieza por pieza, y luego m

a una prisión. Y yo acababa de

tan inmenso que pensé que me moría. Pero debajo del dolor, un nuev

e había roto. Es

aría de ella. Reconstruiría mi vida. Y un día

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY