estras mañanas. Yo acababa de poner una taza de café en su escritorio, un peque
laptop: "Estás invitado al bautizo de Leo Torres". Nuestro apell
Fui a la iglesia, oculta entre las sombras, y lo vi sosteniendo a un bebé, un niño pequeño con su cabe
Recordé cómo se negó a tener un bebé conmigo, citando la presión del trabajo.
il para él. ¿Cómo pude
rama que había pospuesto por él. "Quisiera aceptar la beca", d
ítu
ndario. Mi esposo estaba en la regadera, el sonido del agua golpeando el cristal era el ritmo familiar de nuestras mañanas. Yo acaba
alabras antes de que pu
o al bautizo d
eló. Leo Torres.
ión se desvaneció. Un parpadeo y ya no estaba
El nombre me sonaba vagamente familiar, una influencer de redes sociales cuya vida perfectame
ago. No era un correo cualquiera. Era una invitació
esia en el centro, la hora
to nada. Volver a la ilusión perfecta que había construido con tanto esmer
s fría e insistente, sabía qu
casa impecable y minimalista, la casa que yo h
través de los vitrales. Me quedé atrás, oculta entre las sombra
onces
jes de negocios impecables, sino con ropa suave y casual. Se veía relaja
cabello oscuro y los oj
y se rio, extendiendo una manit
ual que tú, papi", dijo la voz
io. Apoyó la cabeza en su hombro, una imagen de felicidad doméstica. Su so
lia. Una familia
da que sentí como si estuviera flotando fuera de mi propio cuerpo. Observé cómo Emilio besa
a mujer, el bebé.
había estado en nuestra casa para cenas. Sonreían a la feliz pareja, ajenos a la e
gritar, a destrozar su momento perfecto. La lucha se desvane
la iglesia de vuelta al ruido de la ciudad. Los sonidos eran apa
ón de hace unos meses,
voz suave. "Creo que estoy
rada, pasándose una mano por el cabello. Un gesto
empresa está en una etapa crítica. Solo dame un
iguió sin descanso en la universidad, el único que podía
ma de nuestra carrera de arquitectura. Era bril
svelaba en el estudio, su mano frotando suavemente
odía estar de pie. Se quedó junto a mi cama de hospital
e hospital, su voz quebrándose con una vu
rrado, su frente presionada contra la
muerto en un hospital como ese. Su m
onvirtió en el hombre que todos querían ser. Yo construí mi propia carrera, pero sie
empo, él tenía
creía reservada solo para mí,
él. Miré su nombre en la pantalla, m
era cálida, el mismo tono amo
sonido de un bebé llorando, luego
servándolo a través de las puertas abiertas. Sostenía su
gré decir, mi propia voz
último minuto", dijo con fluidez.
na lágrima finalmente se liberó y se deslizó por mi mejilla, caliente contra mi piel fría. Todos esos
haber sid
a, forzando mi voz a ser fir
ilando por un segundo. "Todavía estoy en la junt
N
niño, Leo, se acercó y ab
, chilló
ó, tratando de callar al niño mientras mantenía su voz baja y
e cortó. Me h
su mejilla y susurrando algo que hizo reír al niño.
dejando solo un vacío hueco y doloroso. Años d
oviéndose por sí solos. No llamé a Sofí
a de seis meses al que había sido aceptada pero que pospuse por Emilio. Un pro
je, mi voz inquietantemente se