Mi benefactor, Damián, me lo dio todo: educación, un
a mi hermano. Cuando mi hermano la rechazó, Damián mandó qu
le creyó cada palabra. Como castigo, me arro
permanente", hizo que sus hombr
aron un
dor, me arrancó un pedazo de mí por un crimen que no cometí
unto a mi cama y me dijo qu
bía quebrado. E
un plan. No sabe
ás volver
ítu
, y su repentino interés en mi hermano era la comidilla de nuestro
ano, Carlos, n
ondo hasta que mi celular vibró. Er
antalla, un pavor helado
di
rlos estaba en el suelo, con la cara amoratada y sus manos de músico dobladas en á
ía. Ahora mira sus manitas. Ya no si
ción. El corazón me ma
a sonar. Era una videollamad
or. El homb
dedo para contestar. Sentía todo el cue
o en su sillón de piel en su oficina, con el horizonte de la Ciudad de Méxi
, Alana. Ven al
ígido, mi voz era
, ¿qué
no casual, como si hablara del cl
s corrían p
no. Es todo
mara. Sus ojos estaban fríos, desprov
tengo. Está muy afectada. C
a! ¡Solo no quis
a no miente. -Hizo un gesto fuera de cámara-. Encuentra a Sofía. Discúlpate c
l callejón, se movió. Una bota pesada p
salió de mi garganta,
favor, haré lo
huérfana asustada con una alergia mortal a los cacahuates y talento pa
de cacahuates. Me había contratado tutores, comprado los mejores materiales de arte
ica rota y la había h
nico que pidió a cambio fue mi mano en matrimonio. Ace
o si fuera lo único en la habitación". Y él solo sonri
egresó de su int
a, adoptada en una familia de dinero viejo, una verdadera prin
cortaron. Los toques casuales desaparecieron. Siempre estaba c
r, o lo que yo creía que era
la que se había cansad
ente era un torbellino de pánico y un ún
aba, y la encontré en la sala, recostada
bía desaparecido. Sus ojos e
que v
los? -rogué, con
cuidadas-. Entonces ya sabes lo que tienes que hacer. Deja a Damián
Las veces que mi medicamento para la alergia desapareció justo antes de un gran evento. Las
Todo había
mirar a Sofía demasiado tiempo. La veía como algo frágil, algo que debía ser protegido a
labras sabían a ceniza en
una sonrisa petulante y satisfecha.
na c
amián llamó. Su voz e
donada en la zona indus
ndo en el volante. Encontré a Carlos ac
lágrimas empa
, Charly. Todo e
su cuerpo sacud
resolución formándose en mi pecho-. No
ue sus manos necesitarían múltiples cirugías, su
i celular y llamé a la única person
avi
u voz era firme, una r
e programa de música en el extran
ato que Carlos y yo. Siempre nos había cuidado. Le había sugerido
negado, no que
abría dejado ir. Yo
l valor. El valor nacido del terro
levaba a mi he