dida. No estaba en mi casa en llamas, estaba acostada sobre un petate áspero, en una habitación pequeña con paredes de adobe. La luz del sol se fil

er de sesenta años, eran las manos de una joven, callosas por el trabajo, pero

con una fuerza increíble. Había funcionado. Mi último deseo

cer tarde para la siembra!" , gritó

e la mañana me cegó por un instante. Allí estaban mis padres y mis hermanos, preparándose para ir a trabajar a la milpa. El trabajo era dur

pondí, mi voz sonaba

ven en un accidente, corrió hacia mí. "¡Mamá dice que si tr

el cariño de mi familia, era un tesoro que había olvidado. En mi vida anterior, a estas alturas, ya estaba perdid

, fingiendo leer un libro, pero sus ojos estaban fijos en mí. En mi vida pasada, mi corazó

o, solo sentí un pr

taria. Durante años, le llevé el almuerzo al campo, le lavé la ropa, le di mi dinero, todo con la esperanza de que algú

rdo te está mirando otra vez. ¿Por qué ya no le llevas a

dos mis hermanos me miraron, curiosos. Sabían de mi enam

orres puede conseguirse su propia agua. A partir de hoy, Elen

a duda en sus ojos, probablemente pensaban que era un capricho pasajero. No los culpaba. Pero yo