rtar a quién pisoteara, mientras yo, Sofía, la sombra si
on Ricardo, mi exnovio, a quien mi madr
a reputación, pero ella respondió: "Ricardo es solo una diversión, un juego.
illonario, Luis Carlos, pero su vida
Tú tienes la culpa! ¡Sabías lo de Ricardo! ¡Querías arruina
io de la histeria colectiva, mi madre y Elena m
ndome un od
de mi antigua habitación, y el calendario marcaba dos
ulpa!", escuché
no había herida. Solo m
onvirtió en un
ían diferentes. No serí