zos, la dureza de su cuerpo contra
conmigo, com
é otra
lda mientras bailábamos lento
l mío en la oscuridad
spués de la lluvia, mezcla
os eran un v
asado, pero dejó una sensación de vacío, una fr
l centro de Tlaquepaque, uno de esos lugar
itaba
itaba
a barra y ped
go
ot
guapa no debe
arrogante
lado, haciéndole u
esté bebiendo la
ré de
siguiendo,
r donde está la acción. Y
evaste a Ricardo al baño. Debi
e imp
un trago. El líquid
que debilita a Ricardo me benef
, su rodilla
solo vender secretos de tequila. Tú
n cigarrillo
el suyo, sus ojos fijos
ía. El imperio Valen
l humo l
a era te
anza, e
stema todavía reso
uila
era el camino más rápido h
tructiva, la que disfrutó arruinando l
o que
ejando el cigarrillo a me
itaba
empedrada. La
is tocaban
, mis pensamient
debía
nvertirme en una caricatura de villana para
con Diego, y arriesgarme a s
o aniqu
obvia, pero mi cor
eliz en los brazos de otra
iquiera el sistem
garró del brazo y me jaló
una mano cub
segundo, hasta que reconocí
ca
ed de ladrillos, su cue
d, una mezcla de furia y algo
ciendo con Diego?", siseó
én hablo?", logré decir, m
gruñó. "Especialmente cuand
ro solo para agarrar mi mand
s? ¿No fue suficiente con dejarme en la r
z", lo
mío, nuestros labios a
i piel, "volviste porque no puedes vivir sin
nces m
un beso
o brutal,
o y una c
os míos con una posesió
empujando su pecho, de repe
traidor, resp
, una fuerza de la naturaleza que ni ci
no en el otro, en el dolor,
CA!!! ¡¡¡VIOLACIÓN DE
fue un grito ensord
mil veces p
lma estuviera si
boca, un sonid
fuerza que no sabía que
, temblando, el
e pasa?", gritó Ricardo
ía res
estaba vol
stro, una mezcla de furia
e una amargura infinita. "Siempre te acerc
o la
me, Sofía. La próxim
jándome sola en el callejón oscu
n el suelo sucio, hasta que el d
, mis pier
ía vací
había dejado c
tocar a
sentir na
to era unirlos a
ampo de batalla, y
ontrol, me dirigí al club noct
enas en música electrón
hombres desconocidos me compra
perado de volver a ser la Sofía des
ara se me ca
desde la pista
a, sentados en u
do, y ella se reía, su ros
perfect
onista y
os, tan aguda y do
diferente a
era
mente
edio de la multitud
a vez, enten
aba solo d
struirme a mí mi
meses par
elicidad de la mujer que me od
s de que el sis
estaba
esitaba