ón, parecía embriagado por su propio drama. Levantó la mano para acalla
iciera. "Pero esto es el destino. Una guía espiritual me lo confirmó, nuestros signos
ustificar la destrucción de un compromiso que valía millones en alianzas comerciales era un insulto a la intelige
vista. Sus grandes ojos estaban llenos de lágri
o para que los más cercanos la oyeran. "No deberías h
ró con una ad
tiene un hueso de malicia en su cuerpo. A diferencia de ot
tación de Sofía, pintándola como una cazafortunas calcul
, finalmente reaccionó. Se abrió paso entre los in
ablos estás haciendo?", siseó, agarrándol
e. Por primera vez en su vida, d
a, estoy haciendo lo que quiero,
e volvió hacia Sofía. Su expresión no era de arrep
estras vidas. Mi oferta de matrimonio ya no está en pie, pero aún puedes tener un lugar. Quizás como una... amiga e
rse de los pulmones de Sofía. Convertirla de prometida en una especie de
a pareja. Cada paso era deliberado, lleno de una dignidad que contrastaba violentamente con e
bo de temblor. "Te felicito. Has encontrado tu 'am
a de pies a cabeza con una frialdad que
seo toda la suerte del m
uevo, y su sonrisa se desvaneció, d
do cada palabra, "me temo que tendré que rechazarla.
el control de la narrativa,
do su rostro en el pecho de Ricardo. "Por favor, no me
amente, lanzándole a Sofía
ti? Ella es buena, es humilde. Tú nunca entenderías la pureza de s
y condenado con una ignorancia total de quién era ella realmente. Él la veía como un
esando la multitud que se abría a su paso como las aguas del Mar Rojo. Cada paso la alejaba de la humillación y la acercaba a la venganza. La fiesta de compromiso n