re, con la barbilla en alto y esa mirada de su
día, un sinfín de mentiras sobre choferes, mansiones y viajes a Europa que, al principi
orme desgastado y sus zapatos rotos, escondiéndose det
ba de cenas de gala; no pude más y, consumido por la rabia, la enc
que sus zapatos estaban roto
hablar de mi familia! ¡Mi padre es un ho
ara detenerla; Valeria continuó tejiendo su red de
a alumnos de bajos recursos, que ella rechazó con la misma arrogan
itos su verdadera dirección: "¡Vives en la vec
u dolor era tan puro que me dejó sin aliento, y aun
lotó; la llamaban "Princesa de
arcomía, así
: sus padres no eran empresarios, sino militares, caídos e
de la Capitán y la Teniente, Valeria me confesó todo: sus mentiras er
ito, la escuela entera descubrió su verdad, y Valer
licó a un lugar: el H
a liberado de sus mentiras, sino que también se despedía de la niña que algun