s dinero,
z en cinco años q
ron con incredulidad, como si hubi
, preguntó, su voz
ara vivir y para pagar la deuda del hospital de mi p
a su táctica
lágr
si no se casa ahora, la va a perder" , sollozó, "Es
, esa frase res
timas veces"
ueño departamento alquilado, los
arca, sus salidas caras, su taquería que nu
con mi sudor
co
el sol, de trabajar hasta que me dolían los
para mí, de posponer mis propios
ara
vividor cumplie
na imagen vin
ospital, con su rostro pál
tanto llorar, agradeciéndome con el
punzada
r la familia de Isabella,
fermo, Isabella ni siquie
los hospitales, mi a
madre para ver cóm
a
deudas" , le dije, mi voz firme, "
as, su expresión cambió
más lógica del mundo, "Al fin y al cabo, es una casa vieja en un mal barrio, podr
mirándola
des
rial
mis padres, el lugar donde nací, e
za, me sugería venderla para cum
antes volvió, pero esta vez
dices?" , le pregunté, mi
l? ¿Por qué no vende su ropa cara o su teléfono nuevo? ¿
su rostro se contrajo
s, harías cualquier cosa por mí y por mi familia! ¡Pero ya
rga escapó de mis labios, "¿Crees que apo
l rostro rojo de furia