endió la impostora, Valeria Castro, vistiendo un traje de diseñador y gafas de sol que ocultaban sus ojos. Caminó hacia la t
con una voz que intentaba sonar imponente
eñora Solís, los fondos... las cuentas están
mostrando unos ojos muy abiertos
de esas cosas. Yo me dedico al diseño, a la parte creativa. La
icada, ajena a los vulgares asuntos del dinero. Una mentira evidente para cualquiera que conociera a la ve
e se había congregado murmuraba. La e
ar una cuenta bancaria?" comentó una mujer en voz a
se interpuso entre V
esposa es una artista. Ella no tiene por qué entender de número
café y cruzó la calle, abriéndose paso entre la gente con una calma que contrasta
o a unos metro
"entonces no tendrás problema en autorizar la transferencia desde la cuenta de inv
ia palideció visiblemente. Javier se giró hac
demonios estás haciendo aquí?
fía, sin inmutarse. "La gente quiere respuestas. Yo t
personas del público, que ahora veían el drama con u
icía!" gritó Javier, perdiendo el co
nidad inquebrantable. "Estoy defendiendo la verdad.
táctica de escape. Se llevó una mano a
se en su brazo. "Este estrés... es demas
ofía, les bloqueaba el paso. Querían ver el final de la obra. Querían saber si la mujer que se hacía l