staba impregnado de recuerdos que ahora se sentían sucios, contaminados. Me moví por el
ía todo. Necesitaba que se fuera a su supuesto "viaje de negocios" a Monterrey que tenía
é. Mi corazón empezó a latir con fuerza, un
ando su maleta de diseñador. Dejó caer sus
or! ¡Ll
mpulso de apartarla. El olor de su perfume, el mismo que s
urró en mi cuello, su v
emente, forzan
n te extra
ndo el ceño con una preocupación perfectamen
el restaurante", mentí. "El
xcusa. Me tomó de la mano
rella. Siéntate, desc
de terciopelo azul. Me la ent
sario adelant
ima, uno que habíamos visto en una revista hacía meses
do", dije, mi voz sonando
México", dijo ella, tomándolo y abrochá
arla. Ella me compraba un reloj con mi propio
un mensajero. Traía un paquete para
s piedras formaban una constelación única, la que vimos juntos en nu
ervioso, habló antes de
evento de la revista 'Caras' para la señora Sofía, como nos indic
e siguió fue d
ofía por una fracción de segundo, antes de q
a forzada. "Les dije claramente que me lo
mención del nombre de Diego fl
en el suelo, cerca de su lado de la cama. Un arete de hombre, pequ
erlo justo cuando el
eso?",
, dije, mo
la semana pasada, ya sabes cómo es de d
ajara y no había venido a
Corrí al baño y vomité en el inodoro. Todo el amor, toda
erta, con su rostro lle
erdad te ves muy mal. ¿Com
frente y su contact
r, limpiándome la boca.
cama, me arropó como si
lo recuerdas?", dijo, acariciándome el pelo. "Espe
o los ojos. "Es importante par
amor", susurr
volvió profunda y regular. Se durmió rápidamen
o el techo en la oscuridad, con el reloj
ñana todo