reclamar mi herencia. Pero mi hijo, Miguel, que creció en estas calles, lo llevó ante la placa conmemorativa
oso barrio. ¿Por qué sigue tan resentida? Que no sea tan egoísta. Si me ayuda a que mi nueva
iraba con una calma escalofriante. Marco, que lo había repudiado hacía un siglo, lo reconoció por su cicatriz. "Un bastardo siempre s
yudó a construir su fortuna, ¿no podría dejarla descansar en paz?" Dijo Miguel. Marco intentó tocarla. "¡No la toques!" grit
te doy tres días. Saca la herencia por las buenas. De lo contrario, así como una vez salvaste a este bastardo, así mismo lo mataré." Luego, destrozó m
vida para mantenerme. Recordé cómo Marco me traicionó con Clara, la mujer que me dio sustancias prohibidas para provocar mi parto prematuro, y l
ptó, pero pidió abrazar a Clara. Un destello de navaja. Marco reaccionó, pateó la navaja, y luego se la clavó a mi hijo en el pecho. "¡No más, por favor, no más!" , grité. Clara intervino, fingiendo