noche le calaba los huesos, pero la emoción del éxito la mantenía cálida. De repente, la oscuridad del callejón fue rota por las ri
trellita de cine," dijo uno de
apretando la correa de su bolso
vestido de diseñador. El flash de un celular la cegó, una y otra vez, mientras la despojaban de su rop
an ir con su vergüenza, uno de los hombres la miró con una l
el alma. La violaron, uno tras otro, hasta que su cuerpo fue un mapa de dolor
rueles y despiadados. Se encerró en su departamento, un capullo de dolor del que no quería salir. Su novio y jefe, Ricardo, el hombre que a
. Una notificación de un chat grupal. La curiosidad, o quizás un instinto d
. Elena está acabada, el papel en
je era d
ia era Manuela,
humillación, la violación, el fin de su carrera. Todo para que M
o quizás sí. Vio a Ricardo, a Manuela, y a ella misma, en un triángulo de amor y traición que trascendía el tiempo. Se dio cuenta de que hab
de su vida. Eran la pareja dorada, el epítome del éxito y la felicidad. Recordó la sensación del sol en su piel en una vi
dolor fue tan inmenso, tan devorador, que ella no pudo soportar
a, no había declaraciones de amor por ella, sino una obsesión enfermiza por Manuela, una actriz novata en ese entonces. Ricar
, el ciclo se repetía. Ricardo había reencarnado no para estar con ella, sino para corregir su
. Solo una resolución de acero. Se levantó de la cama, mirando al hombre
ó el desayuno a la cama con una sonrisa
o ella, su voz plana, sin emoción
"Elena, no estás en condic
una finalidad que lo desconcertó. Era
una oportunidad de escapar, de empezar de cero, lejos