la línea, seguido de una risa s
eso tú sola, Sofía? ¿Despué
informando. Quiero el divorcio. Te lo doy todo, la casa, el dinero, no quiero ni un ce
"No vas a ir a ninguna parte
escuchó una voz femenina y altanera de
ela, Ricardo? ¡P
do ob
ambre que mi hijo recogió de la basura. Camila es una Vargas. Lleva nuestra sangre. Tú no eres nadie p
lugar. Pero ya no funcionaba. El dolor de los últimos años,
el suyo", dijo Sofía con una calma que desquició a Estela.
de que pudie
día siguiente, cuando le dieron el alta, no llamó a Ricardo. No esperó un chófer. To
vibró. Era una notificación de Instagram. Andr
éndole con fuerza,
n en la sala de la casa que había sido de Sofía y Ricardo, sonriendo a la cámara como la familia perfecta. Ricardo tenía al niño en
dirigido a ella: "@SofiaPerezOficial, espero
el aire. Era una declaración de victoria, una forma de restregarle
éfono, pero
suelo con sus juguetes, había vis
u vocecita infanti
ió, incapaz
miga? ¿Por qué carga a
a tan inocente
pá ya no n
condiendo sus propias lágrimas. ¿Cómo le explicaba a una niña de cuatro años que su padre había ele
débilmente, pero las palabras s
mento, como se quiere a un objeto bonito. Pero nunca las había amado. Su corazón, si es que tenía uno, siempre le había pertenecido a Andrea. Ellas solo