imena Rojas, la única hered
me con uno de los "muchachos", esos huérfanos q
rdín, susurrando a otra mujer, Sofía: "Solo un poco más, en cuanto me case con es
pe, yo era solo "un esc
r el desprecio en los ojo
por una furia helada que nunca antes había sen
o elegiría mis propias batallas, no s
investigues a Ricardo Morales, el genio financiero qu
uvo. "¿Está segura
le hagas llegar una propues
, ahora las riendas de mi vida