de la calamidad, que a do
mi alrededor desaparecían, has
ica luz, mi he
na, Sofia resbaló y su cabeza golpe
, estaba ahí, pe
escondía de las miradas d
ectados en sangre pero no de pena y una f
e me arrastraron a un c
me miraba con lástima,
a la sonrisa torcida de Jorge, record
da, dije,
risa seca y amarga, yo querí
María me mi
detrás, "qué descaro, pobre J
e acerqué a los
gos" , susurré, "c
precio, preguntaron: "
casarme
o, incluso Jorge me mir
qué me casé con el h
erno, no me importa que me