aba lágrimas. G
una mujer atrapada en
ía no se
go much
ecom
inó en el sofá y lo miró c
ado problemático al que t
dio. "Ya que eres tan inteligente, te lo explic
a en su voz fue c
te, José Luis. Es una
oder creer lo que
cesidad est
poco de dinero. Pero yo necesitaba más. Necesitaba conexiones, capital de riesgo, acceso a un mundo que tú no conoces. Rodrigo
que el suelo se a
? ¿Los besos? ¿
esto displicen
Una esposa trofeo, hijos... era un precio pequeño a pagar por el éx
a, tan psicopática, que Jo
nte diez años. Me hiciste creer que eras est
¿Y qué? Son buenos niños. De hecho, estaba pensando en traerlos a vivir aquí permanentemente. La casa e
a, tan desalmada, que a José L
además pretendía integrarla en la vida de é
más en la casa, alguien s
amor que alguna vez sin
irtió e
verdadero lugar en e
o, ni su compañ
rsonal de
que mantenía la casa funcionando mientras
or de comodida
ue ella podía saltar para al
devastadora, pero
ía nada q
corazón q
sido una farsa d
temblando de una furia que
l divorci
e su boca con una
o estratégico y tus hij
era vez, vio un destello
, sino de i
él, el dócil y leal José Luis, t
rga. "¿Tu casa? Revisa las escrituras. La casa está a mi n
sonrisa cruel
tiene