iba a seguirme. Su cuerpo se tensó, dio un medio paso en mi dirección, deja
o, llevándose una mano a la frente. "De verdad m
ara su joven y desvalida amante, se apoderó de él. Se giró, la tomó en
sto no se ha acabado", pero yo ya no estaba allí para recibirla. Seguí mi camino, sin mi
n mi abogada, una mujer eficiente y directa que me habían recomendado mis amigas. Le conté todo, sin omitir la infidelidad, e
de divorcio, mi teléfono sonó. Era Ricardo. Ignoré la llamada. Vol
ismo", su voz sonaba extrañamente tensa
cupada,
, no para de llorar y pregunta por ti. La doctor
Mi hijo. La preocupación de mad
allá", dij
n a mi abogada, quien m
, Sofía. Sue
llegar, en lugar de encontrar una escena de emergencia médica, me topé con el jardín lleno de los coches
r. Doña Elena, la matriarca, presidía la mesa del jardín con su aire
las rodillas de Paloma. Mi hijo no tenía fiebre. Se veía perfe
con una sonrisa que
legas. Pensé que te unirías
como una idiota. Me había utilizado, manipulando
ecio. Isabella susurró algo a su prima y ambas rieron por lo bajo. Me sentí
qué a m
amor, ¿có
de veneno de su abuela y de Palo
uró, sin mirarme, aferrá
e cualquier insulto. Fue entonces cuando Palo
nmigo. Hemos jugado toda la mañana. Es un niño tan dulce, so
ella actuando como la madre de mi hijo, en mi casa, frente a toda la
noré a Paloma por completo
voz baja y cargada de una ira helada. "¿Ment
r mi tono, intentó r
ería que hablaramos en u
in alegría. "Esto no es relaja
ma, quien me miraba con u
Puedes acostarte con mi marido, puedes intentar robar mi vida, pero a mi
esperando que la defendiera. Y él, fiel a s
ie, su rostr
ndo el respeto a mi invitada y a m
e la mesa y los arrojó al
pal, entonces come en la cocina. Con la se
a guardaron silencio, observando, disfrutando del espectáculo.
convertía en acero. Levanté la barbilla y le sostuve la mirada a Ricardo, una