mi vientre se había vuelto insoportable. Me arrastré hasta el baño, y fue allí
, hasta que saltó el buzón de voz. "Estoy
lla
dres. Su madre me contestó c
i lo estuviera, está ocupado. Tenem
los que yo, su espos
a semáforo en rojo era una tortura. En la sala de emergenc
doctora me dio la noticia con una me
ste un aborto espontáne
e procesar sus palabras. Embarazada. Un hijo. Nuestro segu
abía p
endo la cara de Alejandro, rev
enas audible. "¿Por qué no me d
de acusación. Como si yo le hubi
r mi mejilla. "Me enteré en el hospital, después de haberlo perdido. Después de
ón," balbuceó, pero la mentir
s más, Alejan
a respirar. Me apoyé en la encimera de
rsidad por las noches. Él era el heredero del imperio ganadero más grande del estado, el hijo
iguiente, solo.
partes iguales. Me dijo que nunca había conocido a nadie co
mbre bueno que el alcohol había destruido. Le conté cómo, después de sus peores borracheras, cuando mi madre y yo nos escondíam
o, mi niñ
nvirtió para mí en el símbolo de una
entre sus manos esa noch
ros y llenos de amor. "Te juro que n
lo único que me quedaba de aq
a, con su rostro pálido y sus excusas
é para mí misma, y l
eve promesas rotas, marc