da en la Ciudad de México promet
ue captaba todas las miradas, se sentía en la cima
do: un recuerdo de su boda, cinco años atrás, cuando su prometido Ricardo, y
icientemente buena para él. Se h
a, un golpe que la dejó rota en mil
arrogantemente hacia ella en el mismo evento don
s parpadeantes y un dolor agudo que prometía humillarla de nuevo,
había transformado en acero, y sin saberlo, ellos est
or? Llegué tan p
medio de la tormenta, confirmando lo que nadie podía creer: la humillada