e su ignorancia, de su patética confianza. Había esperado veinticinc
or el silencio de la f
decir, Ricardo? ¿Admi
un veneno
do, sobándose la mandíbula, p
prueba de ADN. Ahora mismo. Para que todos v
intió co
orcio. No puedo pasar un minuto más
como música para mis oídos. E
. Me miró fijamente y me dijo: "Mi hijo, tu suegro, te quería como a un hijo. Confió en ti para dirigir su mariachi, su legado. Me
r Vargas, quien me sacó de las calles y me dio un propósito. Me casé para
o clara y firme en el tenso silencio. "
miró, sor
pá.
jo", le dije en voz
una lealtad que me calentó el corazón. Se volvió hacia Sofía y "El Toro". "Y aunque est
El Toro"
cuando veas la verdad,
nerviosa, se abrió paso entre la gente. Llevaba un traje caro que le quedab
a Mateo, con un
.. her