favorito de mi esposo Julián, pero yo lo odiab
deudas, mientras que toda su fortuna, que había costado nuest
tuosa me rodearon, sus huevos podridos y vegetales arr
y las deudas me ahogaron hasta que el estrés y l
oportunidad para vivir mi propio sueño, uno que s
i antiguo dormitorio: ¡era el
te, pero esta vez, no sentí na
e casaré contigo, Julián", le dije con u
é un número: el de mi antigua ment
royecto clasificado: era mi segunda