rente a la multitud, disfrut
e nadie se lo perdiera. "Eso es lo que se necesita para te
e había aferrado a la pierna de
nde la lección. En la vida, o tienes dinero o no eres na
lo un niño herido puede tener, l
protege a la gente! ¡Tú s
gunas risas ahogadas en la multitu
gruñó, dando un paso a
rpuso, su cuerpo era u
i hijo", dijo Alejandro, s
Bueno, bueno, el señor Guzmán ha donado dos millones de pesos. La tran
gente se volvieron e
retírese c
ñor pagó, e
ar un mal ra
o teléfono, el que usaba para sus verda
siquiera su esposa, sabía que existía. Una cuenta con fondos qu
o en voz alta, captando la
ilamente haci
ción. En nombre de mi
erado. "¿Y de cuánto estam
pesos", dijo Aleja
epulcral cayó
ajero dejó caer su pluma. Ramiro Guzmán lo mir
lones?", tartam
pitió Alejandro. "T
on una carcajada n
ero! ¡Es un farol! ¡Seguro es un
do apoyo. "¡No le crean! ¡Es un p
guridad de Alejandro
atos de la cuenta que Alejandro le mostró en su
ESAND
s se hicier
CCIÓN A
rió la sala. Diez millon
nco pálido. No podía ser. ¿De dónde ha
a casa". Ella le había asegurado que Alejandro era un simple empleado de una emp
o podía perder. No
desesperado. "¡Yo... yo don
ra que pudiera prestarle dinero de inmediato. Estaba dispuesto a liquidar ac
ente por teléfono, Alejandro lo ob
tra vez. La traición. El desprecio. La forma en que lo habí
n lugar en un encuentro. Era
volvió haci
donación de d
iviado, pensando que la
levantando la voz para que todos, inc
donación. Cien m
ahora el aire mismo pa
mil
estratosférica, que la gente
os para sus doce millones, se quedó paral
istía la figura tranquila de Alejandro Vargas