illa, el momento exacto en que todo se rompió, la imagen de mi madre apareció, s
tenía solo diez años y sobreviví, mi madre no, Ricardo, que hasta enton
iña que estaba en el coche con su madre, la que salió con
n cuchillos afilados, "si no hubieras insistido en
ío y constante, un año después, trajo a Valentina a casa, una huérfana de un hogar lejano, una niña de mi
na se convirtió en su princesa, su razón para vivir, mientras que yo me convertí en l
o de dinero para comprar lienzos y pinturas, mis materiales de arte eran mi único refugio, el úni
ver mi talento no como un don, sino como una ofensa, una afrenta a la
estás perdiendo el tiempo en tonterías
me convenció de que estaba enferma, de que mi pasión por el arte era una obsesión malsana, Valentina, por supuesto,
aro en el extranjero para una condición ocular rara que supuestamente padecía, Ri
creía, hice algo impensable, había ahorrado durante años el dinero de pequeños trabajos y de la venta s
todo a
sto para Valentina, no vendas la casa de
el dinero sin siquier
hacer", fue su única res
dé sin nada, solo con la esperanza vacía de que mi sacrificio significa
nsancio extremo, mareos, dolores de cabeza que me partían el cráneo, Ricardo y Valentina me
con las últimas fuerzas que me quedaban, encontré mi celular
ofía?", respondió su v
me", jadeé, "me siento muy mal
una estúpida chispa de esperanza se encendió en mi pecho, ta
era hielo puro, "estamos ocupados con algo importante, la salud de Val
lg
sa fue la sentencia de muerte que pronunció
bservaba al doctor Elías, quien seg
ia claramente agotándose, "su hijastra no está fingiendo, está luchando por
, una risa sec
ijo, señalando a la chica que se acurrucaba a su lado, fingiendo e
za, una expresión de profunda tr
palabras", dijo en voz baja, "y me temo
asiado ciego para ver, y yo, desde mi limbo silencioso, solo podía esperar a