dose resonó en el silencio
llaron al instante. El pánico se ap
esconderme. Me quedé congelada en el pasillo, con los fragmentos de vidrio a mis
ió, su rostro era una máscara de irritación
haces aquí?
rás de él, pude ver a Mateo, su expresión era calculadora, sus ojos fr
s, de mi voz. Tenía que mentir. Mi vida, o lo que quedaba de
una mueca que se sentía ext
o más débil de lo que quería. "Creo que el vaso se me resba
vidrio en el suelo com
atando de leer mi rostro. Fue el segundo más largo de mi vida. Podía
reció relajarse. Soltó
ndescendiente y controlador. "Ahora limpia este desastre. Y ya que estás
. Se dio la vuelta y vo
e adentro, su voz sonando tan amable y serena como siempre. La normalidad d
mi corazón latiendo con fuerza contra mis co
ecánico. Mi mente era un torbellino de traición y dolor. Mientras barría los cristales, sus
vi a Ricardo mostrándole a Mateo unos papeles. No pude ver qué eran, pero la s
iró. Tomó su vaso y sigu
robar la moción. Con la firma de Sofía, todo el congl
era invisible. Como un
la vuelta para irme
o favorito. Ya sabes, el salmón con costra de hierbas. Y asegúrate de
. La mujer para la que me estaba robando. Y me pedía
a, tan aplastante, que por un
pondí, mi voz era
ría y cerré los ojos, luchando por respirar. Ya no era la prometida del hombre que a
que yo ahora conocía las reglas. Y aunque el miedo me paralizaba, una nueva sensación co
guna manera, iba a sobrevivi