img Recetas Robadas, Amor Traicionado  /  Capítulo 3 | 14.29%
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Historia

Capítulo 3

Palabras:973    |    Actualizado en: 02/07/2025

calma. Marco y Ricardo estaban en la sala, hablando

odo. Considera esta tu casa", d

unque su sonrisa no llegaba a sus ojos. "Marco

la cocina. "Voy a preparar algo d

hablar? Lo de hoy... lo del divo

estresada, Marco. La presión del restaurante, el

to de muerte, mi amor". Me abrazó, pero su abrazo se sentía falso, vacío. "Eres la mejor. Tan com

su manipulación había funcionado

a sala. Estaban confundidos, desconfiados, y eso era ex

ándole a Ricardo sobre sus planes, ofreciéndole más comida. Él respondía con monosílabos,

a y el baño está al otro lado del pasillo. Sé lo importante que es la comodidad para la creatividad. ¿Por qué no te que

agua. Ricardo me miró fijamente,

ees? Es nuestra habit

ugar. Además, tú y él necesitan estar cómodos para trabajar en sus... proyectos". Diri

ía, que los dejó completamente desarmados. Si se negaban, parecerían desa

sonrisa que no me gustó nada. "Si insistes, Sofía

la pequeña habitación de invitados, escuc

daría cuenta. Es demasiad

.. extraño. Ninguna mujer

e la palma de mi mano. Aho

a fría dibujada en mi rostro. "Campo l

rtante. Cuando salí, Marco y Ricardo aún dormían. Fui directamen

ta con el Dr. Hernández",

había visitado demasiado tarde. Mi estrés crónico, alimentado por la traición de Marco, ha

a a que los síntomas

r con seriedad después de la revisión. "Es causado por el estrés. Si no lo controla, podría volverse algo mucho más grave. Reco

a nadie que pueda firmar como mi contacto de emergencia o autorizar el

o. "Es inusual. Normalmente,

ero hacerlo lo antes posible. Por

asiado ocupado". Me dijo que eran solo nervios, que exageraba. Muriendo en esa cama de hospital, me di cuenta de q

or. Estaba cortando los lazos, uno por uno.

abierta. Escuché risas provenientes de la coci

le de comer un trozo de pastel directamente en la boca, con la misma cuchara. S

n mi memoria. Esta era la prueba que necesitaba, no para un juez, sino para m

taban demasiado absort

Me senté en la cama y respiré hondo. No sentí d

zaba. Y ellos no tení

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