año en la Ciudad de México, y el aire vibraba con
centro de todo, pero n
principales. Mis diseños, que colgaban en maniquíes
co
ue mi mundo se había hecho pedaz
l salón, y vi a la pareja que había causa
Vargas
r la desesperación en sus ojos, su empresa tex
zo, luciendo un vestido llamativo que intentaba g
un retorcido se
nversación con un posible distribuidor, pero sentí
dijo Ricardo con una voz fuerte,
teniendo una expresión
Sofía. Qué
riba abajo, su sonr
en un lugar como este. Pensé que seguirías dis
or comenzó a guardar silen
una carcajad
mpadeció de ella y le regaló una entrada. Después
un sonido que había resonado e
que yo misma había diseñado, el velo cubriendo mi rostro sonriente. La
So
sión de triunfo, y se paró junto a
micrófono d
oz retumbó en la iglesia sil
los invitados. Sentí que el su
No es lo suficientemente buena. Su talento es mediocre, su
la mano
con Sofía. Ella sí entiende lo
s, me miró con un desprecio absoluto y dijo
ada, Elena. Y n
llante. La humillación de ese día era una
una mujer abandonada, sino con la
ba a otros de sus propios fracasos. Un ho
dije, mi voz tranquila pero firme. "Sigues pen
terpuso ent
Vargas, el dueño de Textiles Vargas! ¿Y tú quién
el brazo, con una s
s lo que pasa cuando te dejan en el altar. Alg
mí, su aliento ol
mbiando de tema, mi voz cortante. "Las cosas no deben ir m
ongeló. La verdad de mis p
endo a una ex-prometida amargada, estaban viendo a una diseñadora
erdía el control, decidi
u copa de
a! La mujer que me demostró que siempre hay que aspirar a má
e sus amigos rie
ra pública, brut
aba con tanto odio no sab
aba destruir ya había renacido d
uscaba desesperadamente para salvar su compañía era
esp
os V