a recuperar la conciencia, el dolor en mi vientre era una brasa constante. Cada
se. La habitación estaba en penumbra, solo iluminada p
de dolor. Los billetes de Clara estaban bajo la almohad
o de ponerme de pie, la pu
Rica
zón se
dor. Se paró junto a mi cama, mirándome. Cont
bello. El gesto, que antes me habría hecho suspirar de
para sí mismo. Era la máscara del hombre
il, rezando pa
ente, su voz perdiendo toda la falsa
ojos le
?" mi voz era
o, con una sonrisa que no lleg
cas en la mesita de noche. El c
pregunté, mi voz ganando fuerz
n suspiro de
lo logró. Tienes que ace
mirándolo fijamente
sa se de
terrible noticia. Estaban devastados, por supuesto. Dijeron q
un momento así. Ricardo los estaba aislando, ase
r su reacción. "¿También hablaste con ella? ¿E
por sorpresa. Vi un
su voz era menos convincente. "Está co
isa amarga, casi histérica, escapó
cayó por completo, revelando al monstruo que había deb
. Si sigues así, no tendré más remedio que seguir la recomendación del doct
clara. La jau
, ajustánd
n nuevo día," dijo, pero
a puerta con un clic definitivo que r
puerta, temblando
a primera cita, en su galería. Él me había dicho que mi arte tenía un alma herida
. Quería crearlo. Quería poseerlo, embo
o. Le había entregado el pincel y el lienzo de m
sificó, un recordatorio brutal
de ese dolor,
no. Era una reso
aquí. No me d
ared. Faltaban diez m
ora o