s de tanto llorar, busqué a la abuela de Seb
eces parecía ver a través de la fachada de So
nvernadero, cuidand
dije en
giró y m
¿Qué te trae por
azón roto y enfocándome en mi deseo de estudiar
io, una alianza que me facilitara la salid
ó en silencio, su m
ejó sus herramientas de jar
sido una buena chica, Elara. Dem
encionó
. fiestero, pero tiene buen corazón. Y su familia tiene co
estello de
la. Significa
dijo, y sentí un enorme p
los detalles. Estudiaría en la mejor academia de mú
diente que vivía por la
una mujer
jefa de las sirvientas, una mujer que me ha
voz. "El joven Sebastián te ha querido mucho. Recuerdo cuando te enferm
ron una oleada de
ndar en bicicleta, curando mis rodi
o, mi determi
onfesé mi amor, su indiferencia ante las humi
z más firme de lo que me sentía. "O tal vez nunc
mor desgarrador, s
e tenía. Ahora solo quedaba la resi
taba allá afuera, no dentro de los muros de esta
campo no sería por amor, se
ntable para calmar a su famil
trato
ice una petición a
da de esto a Sebastián. Qu
me, de intentar controlarme una última ve
e su vida sin dramas
con lo esencial, me detuve frente a un viejo oso de peluche
última vez, inhalando el
fundo, de una devoción
ecos, dejé el
a de de
de dejarl