como el comienzo de una novela de fantasía, pero pa
a organizado una gran fiesta. En medio de la celebración, llegó la noticia de que S
tó de la mesa, caminó hacia el lago que bo
ra mí, su prometida, sino un susu
lidad, sus promesas, todo era una men
o a pedir mi mano, decidí cambiar mi destino. No intervine, no dije nada. Simplemente observé desde la dis
os observé, día tras día, hasta que la fiesta terminó. Luego, empaqu
no, con su cruel sentido de
diplomática. El presidente ofrecía un banquete en honor a la delegac
taba él.
ya influencia era un pilar para el gobierno local. Entró al salón con Sofía del brazo, su
ando a alguien, y fue entonces cu
o se frunció con desdén. Se acercó
su voz cargada d
a maliciosa en sus labios. "Vaya, vaya, pero si es la
"No seas dura, cariño. Quizás e
ocupada buscando a mi pequeño diablillo, que
su expresión se endureció. "¿Diez años y aú
volver conmigo. Crees que porque ahora tengo éxito, puedes regresar y reclamar algo. Escúchame b
eso. Pobrecita, mírala. Después de tantos años, sigue obse
ura escondida detrás de un gran biombo de madera tallada. Estaba
de largo a la pareja que me miraba co
dije con
Se giró, con una expresión de culpabilidad adorabl
u escondite. "¿Mirando? ¿O planean
, pero una voz te
Alej
antes tan arrogante, ahora estaba pálido, descompuesto. La
y un dolor que no lograba comprender. "¿Cómo pudist