reras clandestinas en la Ciudad de México,
cón" Solís, mi amor de la infancia, a quie
me acusó de sabotaje ante las cámaras, me humilló y, junto a Lucía, su
una celda fría, sin ente
e la elección, la segunda oportu
lo, con la misma sonrisa cínica, declarando que mi cor
de que Lucía sea su copiloto principal, un
, lo recuerda todo y está aquí para jugar la misma
l infierno que está a pu