tamento que co
eía, empecé a empacar. No mi ropa, ni
a. Sus relojes de lujo, sus zapatos de d
fotos de las paredes, borré mi nombre de las cuentas de servi
o se sentía vacío, impersonal.
aba a punto de i
registro de
roducción, sino la historia de nuestra familia, de nuestro mezcal. El abogado lo necesitaba para un último t
a casa de mis padres. El lug
" . El olor a agave cocido llenaba el aire, un ol
en la puerta. No con ab
Yolanda. "Tu hermana te ha estado b
padre, Patrick. "Ella sí sabe cómo comp
a acostumbrada. Su ven
de tierra. Se detuvo y él bajó. Abrió la puerta del copi
na voz falsamente dulce. "Estaba tan preocupada. Y mir
o en la mejilla a Roy,
a. "Máximo me llamó. Dijo que lamentaba mucho lo de
dijo nada. Su mirada se posó en
i directo al pequeño despacho de m
. Ya pod