pegaba al pelo y a la ropa como un sudor permanente. Llevaba ci
ser pastelera para que él pudiera per
l día de las bromas en México, pero la br
enseñó su teléfono co
por fin te va a hace
Pero la novia no era yo. Era Scarlett Salazar, su nueva becaria, su "musa" . La mú
ni los comentarios de sus amigos fel
na parecía su ama de
más guapa, una ve
recía nada. Me había bloqueado. Me había excluido de su nueva vid
manos mientras
Qué es esa
omo si lo hubiera interru
por el Día de los Inocentes, publicidad pa
, con el teléfono en la mano, sintiendo cómo el calor de l
i vida, y él la había c
, la fars
ad de nuestro pequeño apartamento. Las horas pasab
na. Era Scarlett. Ayudaba a un Máximo completamente borracho a salir del coche. Se apoya
argo, demas
is costillas. Cuando llegué a la puerta, Scarlet
to en la fiesta del equipo y nos tocó h
sintiendo el peso de su cuerpo y de su engaño. El olor a a
erlo», dije, con
riéndome de arriba abajo, como si
da. Cuída
ma y le quité los zapatos. Se quedó dormido al instante. Me sent
de su sueño etílico
rlet
edé h
niversidad no me atreví a hablarte... er
co. Las lágrimas empezaron a correr por mis mejillas
o inmenso. Como si me hubier
mé la mitad. Me miré en el oscuro reflejo de la ventana. Tenía el pelo recogido
ma de
bro
pla
sus deudas, de creer en su talento, todo había sido una mentira. Un premio de consola
a a teñir el cielo de Los Ángeles. Por primera vez en cinco años
sando en c