lla. Durante tres años, cada llamada había sido una fuente de ansiedad, u

otro lado era una que n

trick, del escu

. Patrick. El mejor amigo de Máximo, el que estuvo con él en esa úl

ogré susurrar,

. No hay tiempo para explicac

s paredes de mi cuarto

é di

tá vivo, El

os blancos. Vivo. Una palabra que había b

pregunté, las pala

erda nada, ni a ti, ni a su familia, ni siquiera su propio nombre.

staba vivo. Eso era lo único que mi cerebro podía procesar. El dolor en mi

e, mi voz firme por

r algo más. Él... no está solo.

Yo era su vida. Nosotros éramos su vida. Teníamos pl

tono alterado. Su rostro, siempre severo cuando se tratab

Elena? ¿Te s

de Patrick. Miré a mi hermano, y por primera

Javier. Máxi

ra contenida. El sufrimiento que la desaparición de Máx

¿Después de dejar

amnesia. No es su culpa.

te en tu estado. Tu co

erminación que no sabía que poseía. «Tal vez esto es lo único qu

el relicario de plata que él me había devuelto antes de irse, idéntico al que yo le regalé co

Cada kilómetro me acercaba al hombre que había llorado como mu