a de la farmacia. La dejó sobre la encimera
así nos queda
ía abrir el envoltorio. Seguí las instrucciones como un autómata, con el cor
, miré el
línea.
arme en la pared. No había ningún bebé. No había nada que me a
sofá, mirando su teléfono, probabl
eguntó sin lev
, dije, mi
de puro alivio se dibujó en su
. Con la boda y todo,
y estiró
nte, me quitas un pes
aron lo que ya sabía: yo era un inconveniente, un obstá
na calma que no sent
beso en la frente, un
a ducha. Ha sid
corriendo llenaba el apartam