lacial se apoderó de ella, una determinación que nunca antes había sentido. Al llegar a su
o que Ricardo le había dado en su primer aniversario. Caminó de regreso
palabra, le te
ofía?" preguntó
ndelo, úsalo para pagar la boda de Clara, as
creerlo. "No necesito es
lo interrumpió. "Aho
dado a lo largo de los años, los vestidos, los bolsos, los zapatos. Hizo una pila en el centro de
una sola línea: "La única condición
y se lo dio a la fiel ama de
ya," le instruyó. "Y asegúrate de
o crecer, asintió con lo
a a sus hermanas hablar en susurros fuera de su puerta, preocupadas. Sabía que Ricardo estaba organizando una boda para Clara,
ete que sería la comidilla de la ciudad. Todo para Clara. La culpa
o pero elegante vestido blanco que usaría para la ceremonia, Clara apareció en la ma
ando con desdén el atuendo de Sofía. "Pensé que la gr
oró, ajustán
continuó Clara, su voz goteando veneno. "Di
ato de celos, Clara se acercó y, fingiendo un tropiezo, derramó una co
y fea se exten
soy!" exclamó Clara c
ue estaba ayudando a Sofía
echo?! ¡Eso ha sido a propós
accidente," dijo Cla
nido, una vez más, a intentar hablar con Sofía. Al ver a Clara l
lara y abrazándola protectoramente. "¿Qué
a que la había sostenido comenzó a derre
ndo por primera vez. "¿De verda
ciego a la verdad. "La culpas a ella, pero no
opósito," intervino María,
Ricardo. "Tú siempre
estrujando. La traición era tan absoluta, tan descarada, que le robó el aliento
para sí misma que para él. "¿Por qu
manas finalmente la vencieron. Sus ojos se pusiero