venía de él, era un eco de lo
no duran ni un
vez que hablamos antes de que se fuera a Europa. Él conocía
ado. No podía dejar que la noche terminara
las escaleras, mi corazón latiendo c
lamar. Estaba solo, con una
táculo?", pregunté, mi
ó. "Deberías elegir m
me senté frente a él. El espacio era pequeño, íntimo
bre la mesa. Deslicé el dedo p
mos en la playa, jóvenes, enamorados y sin r
mblando ligeramente. "Los dos meses
so, sus ojos oscuros fijos en mí. Una
ó y cogió mi teléfono. "¿Crees que me importa? Tu cuerpo ha sido visto
ó el teléfono sobre el cojín a
o no retrocedí. La desespera
viejos conservadores con los que estás a punto de cerrar el trato de exportación más grande de la hist
ció de su rostro.
nica expresión en su cara era una furia conteni
acue
ue aceptó me desconce
plana. "Quieres dos
, buscando alguna trampa. Mi m
oción. "Y porque, seamos sinceros, ambos sabem
nzante atravesó mi pecho, justo donde los pulmones luchaban por cada boc
de mi rodilla i
ó, su voz teñida de irritac
demasiado intenso. Negué con l
u chaqueta y se dirigió a la puerta. "Ma
l dolor en el pecho y el sabor amargo de u
e, sonó mi teléfono.
enar esta noche con Patrick y su prometida. Un
nas. Sasha las usaba para restregarme su nue
mamá. Ten
uesta. Patrick estará all
en el espejo. Las ojeras, la palidez
stido, un rojo escotado que sabía que a
entados. Patrick, Tessa, mi madre y Víctor Casti
erpo, deteniéndose en el escote. Un destello de algo, qui
dijo mi madre, su sonri
, el tráfi
armonía. "Patrick, siéntate al la
mpleto, su atención
maravillosa que era Tessa y de lo bien que encajaba en la
deja de mariscos. "Para la señori
rgia más severa. Un detalle que mi
er eso", dijo Patrick de
io. Antes de que pudiera reaccionar, é
alér
onzada. "Oh, cielos, l
. Después de todos estos años, de
estamos todos aquí, tengo una idea maravillosa. Conozco a un joven encantado
cara. Estaba intentando ven
racias
unidad para ti. Con tu reputación...",
sa, riendo de algo que ella le susurró al oído. Verl
mi voz apenas audi
na. Cualquier cosa para escapar de
e, Patrick me detuvo antes de
l mío",
n el silencio del coche,
qué, mis dedos rozando su
empujarme contra el asiento del pasajero. S
u aliento caliente en mi cuello