yudándome a hacer listas y a planificar. Mi padrastro parecía satisfecho con mi ambición. Pero Mateo era una som
ra un evento en uno de los bares más exclusivos de Polanco. Era un
cocina y, al salir, una voz familiar me detuvo en seco. Era Mateo. Estaba en un reservado co
", dijo uno de sus amigos con tono burlón
fría, desprovista d
een que realmen
ire abandonaba
or mi madre. Esa mujer, la madre de Sofía, la destrozó. Hizo que l
es cruel, amigo. La c
se, cuanto más crea que la amo, más le dolerá cuando la deje. Y su madre lo verá.
ire acondicionado del bar. Cada beso, cada palabra susurrada, cada momento secreto... todo era un
entregar de repente me
en un sueño. No sé cómo conduje de vuelta a casa
habitación y cerré la puerta. Me se
ca
eca o de un sueño profesional. Se trataba de supervivenci
arecían tan cortas, ahora s
e deslizó en mi cama y me rodeó con sus brazos. Su c
ó, notando mi rigidez.
e mi cintura. Él
cuando intentó a
pasa,
na máscara de calma que no sentía
leer los míos. Por primera vez, yo tenía un secre
pero no me tocó. Puse una almohada entre nosotros, una bar
mirando el techo. "Solo tengo