que rompía el silencio en el lujoso comedor. Mi padrastro, un hombre imponente acostumbrado a dar órdenes, son
reuniendo el valor que había es
onando más firme de lo que me s
on curiosidad, mi padrastro
ara el Basque C
u rostro. "¿De verdad, mi amor? ¡Eso es maravill
y yo me aferré a ella, sint
. "Una institución de prestigio. Bien hecho,
palabra. Sus ojos oscuros estaban fijos en mí, su mandíbula apretada. La copa de vino en su
, preguntó mi madre,
espondí, sin aparta
ue celebrarlo. Hablando de España, ¿recuerdas a Elena, mi amiga de la infancia? Su hijo, Alejandro, también es chef allí, e
, incluso en broma, hizo que la mirada de Mateo se oscu
rechinó contra el suelo de m
na voz cortante, "tengo una l
No miró a nadie más que a mí, y en sus ojos vi una advertencia clara. Lue
nfundida. "Qué extraño. Ú
que la conversación de esa
vaso de agua. La luz de la luna entraba por la ventana, dibujando pa
ra, con los brazos cruzados, co
o, su voz era un susu
espo
po estuvo a centímetros del mío. Pude oler el c
e vas
pregunta. E
a, Mateo. Es
está aquí
lar. Me atrajo hacia él y sus labios se encontraron con los míos en un beso desesperado, hambr
susurró contra mi boca
sesividad fuera amor. Pero una pequeña parte de mí, una parte que