s luces rojas y azules de las patrullas iluminaron l
! ¡Salga con las
ificada por un megáfono,
o no estaba pasando. Yo
! ¡No se
linternas cortando la penumbra. E
í es
fuera una obra de teatro perfectamente sinc
ué está pasando?", gritó Sasha,
delante de mí como un escudo protector. "Luciana ha esta
tir
, ordenó un ofici
rabia e impotencia. "¡He estado aquí las última
do un rostro amigo, un testigo. "Alguien, por
ijo una palabra. Eran solo extraños, absorbidos en sus p
iento, oficial. La subida de tensión de hace un momento... q
to. Qué co
ospecha de fraude deportivo y uso de sustan
tienen p
s", dijo, y con un gesto, o
mano en el bolsillo de mi chaqueta, direct
ringa, apenas más gr
escapó de m
boca con la mano. Máximo me miró co
edo creerlo",
llena de un dolor fingido. "Te vimos en
a. Más elaborada de l
que yo no e
una Luciana para q