at
uila, pero carga
el pelo de Isabela, pero su rostro permaneció impasibl
, bajó la mirada,
rita
grave y distante. Si
o fijamente a los ojos. "A partir de mañana, serás re
parp
ónde
ela. Será tu única
ruzó su rostro por una fracción de segundo
dene la
forma en que su mirada se desvió instintivamente hac
una palabra más y me dirig
triviales, intentando desesperadamente que me prestara atención. Hoy, no dije nada. Miré por la
l de Sevilla. Tenía que comprar mi ajuar de novi
ique más exclusiva, escuché
a, esp
a hacia mí, con su
villa y pensé en acompañar
aba a su lado, abriéndole la puerta de la ti
calle", explicó Mateo, su tono protect
mpre una excusa. S
blorosa. "Estoy bien. Sofía, no te enfades con él.
otones tocar para ganarse la simpatía de
. "Simplemente no tengo tiempo para juegos
acia la de
flamenca que tengan. Y los vestido
de los De la Torre. Pod
do vio un espectacular vestido rojo de
ero debe ser muy caro. Yo nunc
me miró con desdén y lue
n, el gerente de la tienda apareció de repent
e nuestra ignorancia. N
ía confundida
na de asombro. "Ha ordenado que toda la nueva colección, absolutame
cayó sobre
jos se abrieron de par en par
staba de pie junto a la puerta, observand
nces l
ible que le daba a Isabela todo lo qu
a