rgo. Podía imaginar a Valentina Morales, en
asi incrédula. "¿Tu obra maestra? ¿El bebé que tuviste con Sof
serio. Alguien con dinero rápido y sin pregun
o por El Faro era una fortuna.
te consigo al Papa. Pero esto tiene un precio, Mateo. Quier
a. Era el contrato de mi vida.
dije si
e que pudiera
raíz. Necesitaba dinero, liquidez, para desaparecer. Para ejecutar la cláusula, necesitaba pruebas. Pero para mi propia pa
bandeja con dos copas de vino. Su ros
un error de juicio. Estaba emocionada por el arti
estaba fija en la pan
mesa. Vio la carpeta de "El
stás ha
baja
egó una pequeña caj
rsario", dij
delo Calatrava. El que había admirado en una revista
", empecé
nada. Eres mi centro, mi hogar. Lo de Leo... es una distracción estúpid
entos de veces. Pero ahora sonaban huecas, como un eco en una casa va
"Gracias por el r
Saqué una pequeña caja envuelta e
n tengo al
siasmo. Dentro había u
e?", pregunt
o trabajando. Una sorpresa. Pero no lo a
i aparente calma. Me abrazó. "Te haré la cena
a, mi teléfono vibró. Un men
No es solo arte
rma. No la
la pantalla era "Leo". Ella lo cogió rápidamente, pero no antes de que yo viera cómo su pul
usurró al tel
pregunté, mi
número eq
z. Y otra vez. La vibración era un in
", le dije. "Par
lo
testas, lo
almente, contestó, poniendo el altavoz
grito desesperado. "Estoy en el puente. Si no vienes, vo
Estoy con mi marido", dij
¡Yo te adoro! ¡Yo te hice in
voz era hielo. "Ve. T
uedo aquí
se estaba levantando, cog
acia la puerta. "Es solo para
que la puerta se
la cena a medio comer. El vi
Luego tomé las llaves
. Él no estaba allí. Estaba esperándola junto a s
o. Ella no me vio. Estaba demasiad
casa.
después, e
forzando una sonrisa. "Era
n",
ir a la cama.
l Banco Patagonia", le dije. "Es a las nueve en punto
amor. Por
enida 9 de Julio. El tráfico era un infierno. Yo re
ono sonó
a vandalizar el Obelisco y alguien llamó! ¡Tienes que s
e apoderó d
lo sient
ofía. La reunión es
l. Los coches detrás de nosotros
os desorbitados. "¡Lo siento! ¡N
no había duda. Su e
l caos del tráfico. Ella aceleró, ha
, mientras los coches me esquivaban. Perdí el contr
locura de la situación. Usé un contacto para rastrear su teléfono.
, parecía agotada. Se acercó
gresado. Necesitaba asegur
mandíbula, parcialmente oculto por el cuello de su blusa,
. Se llevó la mano al
ue... fue un momento de debilidad.
o mis pies. El dolor era físico, una pre
pulso me llevó a seguirla de nuevo. La vi entrar en u
y me senté en u
e la pista, la vi. Bai
garradora. Sus cuerpos se movían como uno solo. La forma en que é
donó por un bailarín más joven, destruyendo su carrera y su espír
ando la tragedia d
crilegio
e había transformado en un frío glacial. Y