sarcasmo que no pude contener. "¿De verdad crees que
svaneció. Su ros
ofía. No arruin
abitación. Intentó abrazarme, bes
do de menos
nto, su teléfono
o. Isabela no se sient
or un segundo, pero fue br
e ir. Es
ó al salir. Su pri
s, pero ya sin lágrimas. Una resignación fría s
an los mismos gemidos y susurros que había escuchado la primera ve
la situación
habitación de madrugada, o
e pregunté, aunque y
azo", mintió con una facilidad pasmosa. "No sé por qué siempre t
do loca. O eso qu
tigo por mi "desconfianza". La familia entera me miraba con reproche. Yo era la
pidió que la acom
icas nuevas", dijo c
" con una herramienta de restauración que yo había estado usando
o aquí a propósito! ¡
ctuación