tierra, levantando una nube de polv
que yo creía q
isa venenosa: "Isabela, el cortijo de Don Alejandro es un
o era una advertenci
ntación que tuvimos antes
que no me enviara. Catalina, actuando como
rida. Te calmar
u máscara de amabi
la cabeza. El líquido rojo y es
leras, gritando mi nombre, ac
iquiera mirar
claustrofobia, un miedo paralizante que él mismo había provocado
ejó
extrañamente tranquila. La
sto antes de que partiera, su rostro
stada. Bebe esto, es un agua de hier
una botella
pasada, justo antes de que Catalina se fuera en mi lugar. El ve
acepté con
talina. Eres
e la botella bajo s
kilómetros, un dolor agudo y t
no era
estaba e
veterinario al que había ayudado durante la Feria de Abril, cua
chófer de Don Alejandro,
mero. Dígale que la bailaor
r, vio el sudor en mi frente y el dolor e
svaneció mientras e