bril. La puerta se abrió y entr
arece que tienes mala circulación. Pero no te preocupes, teng
e. El olor a hierbas quemadas y acna quemadura en el brazo. Preparó un ungüento similar. El dolor fue atroz, como si me estuviera
ntentando alejarme
n," dijo Máximo, sujetándome los ho
uemar!" grité, l
a jeringuilla del bolsillo. "Si no
imo,
a. Mi cuerpo se volvió pesado, mis protesta
cercarse con el cuenco. Máximo se sentó en una
r agudo y ardiente me atravesó, pero no podía moverme, no podía gritar. Las lágrim
hirviendo se derramó sobre mi pierna y las sábanas. El
s empezaro
miró, tirado en la cama, con la piel quemada y sangrando. Por
tosió. "Ay, el humo.
lla inmediatamente. "
más, me
-